Una Escuela Doctoral en Montevideo, por Felipe Martínez Fernández

Del 24 al 28 de julio de 2023, tuvo lugar la edición de la Escuela Doctoral de Estudios Sociales y Políticos sobre la Ciencia y la Tecnología, un evento organizado por la Asociación Latinoamericana de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (ESOCITE). Desde su inicio en 2010, esta escuela ha brindado un espacio de encuentro y diálogo para investigadoras e investigadores en el ámbito de la Ciencia y Tecnología. El escenario para esta edición fue un Montevideo invernal, con la Universidad de la República como anfitriona. La actividad contó con el respaldo de destacadas asociaciones en el campo de la Historia de las Ciencias, tales como la Red de Estudios de las Ciencias y los Saberes en Latinoamérica y el Caribe (RECSLAC), el Center for Historical Studies de la Universidad de Maryland en los Estados Unidos, y la Society for the History of Technology (SHOT).

La diversidad y riqueza de esta edición se reflejaron en las aproximadamente 30 presentaciones realizadas por estudiantes doctorales provenientes de Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Uruguay, Chile, México y Estados Unidos. Los enfoques abarcaron estudios antropológicos, sociológicos, pedagógicos, históricos, entre otros. Los temas de investigación abarcaron medioambiente, pueblos indígenas, producción y circulación de saberes, industrias tecnológicas, historias de la medicina, e intersecciones entre arte y ciencia.

La modalidad adoptada para las presentaciones fue enriquecedora: un espacio de diálogo colectivo que involucró comentarios, sugerencias y preguntas. En este contexto, exponer los avances doctorales trascendió al texto. Se trató de exponer el trabajo en un ámbito público y dotarlo de un formato visual, lo que en muchas ocasiones brindó una mayor claridad y comprensión al trabajo escrito.

UNA EXPERIENCIA FORMATIVA. ESAS REDES QUE LA RAZÓN IGNORA

La escuela doctoral no solo cumplió la función de un espacio de formación académica, sino también de intercambio social. Después de varios años en que seminarios se realizaban digitalmente, el espacio presencial nos permitió presentarnos y establecer conexiones face-to-face en tiempos de la post-pandemia.

Asimismo, la experiencia formativa trascendió a la presentación de trabajos. Los momentos compartidos en desayunos, almuerzos y cenas se convirtieron en oportunidades para intercambiar ideas, reír y generar vínculos. Son esas redes que la razón ignora, y que van creando vínculos emocionales y conversaciones de sobremesa. Fueron también emociones que crecían en la tensión, cansancio y ansiedad de los días y de los comentarios. Mirar celulares, responder emails, compartir mates, intercambiar memes, junto con escapadas a la rambla fueron parte de las rutinas.

INVESTIGAR EN TIEMPOS DE ABUNDANCIA DE DATOS

Comparto reflexiones finales. En los trabajos doctorales presentados surgía una paradoja: investigaciones ricas en observaciones y datos se transformaron en descripciones, similares a notas aisladas que agregaban diversidad de puntos, pero carecían de profundidad. Esto en sí no es tan problemático, sino que responde al contexto de sobreabundancia de datos al que nos enfrentamos. La habilidad de navegar de manera efectiva entre los crecientes estímulos se presenta como un desafío crucial a considerar en investigaciones futuras.

 

Esto conlleva a una segunda consideración: la forma en que la bibliografía se aborda y se interpreta. Este aspecto adquiere una importancia crucial al delinear elementos como la contribución y la delimitación precisa de los problemas planteados. Brinda la capacidad de discernir entre la excesiva presentación de datos y cómo articular aspectos de autenticidad y originalidad. Las prácticas de lectura parecen ser aún más claves dentro de las fases de investigación.

Temas pendientes que quedaron por reflexionar. El uso cada vez más presente de plataformas digitales y redes sociales, junto con los emergentes paradigmas de ciencia abierta, abren interrogantes sobre los alcances de comunicar investigaciones en tiempos de la abundancia de datos.

Surgen cuestionamientos acerca del impacto de la inteligencia artificial en las investigaciones, particularmente en lo que respecta a la velocidad de procesamiento, análisis y calidad de los datos presentados. Asimismo, se pone de manifiesto la necesidad de abordar inserción laboral y la precariedad que a menudo aquejan a quiénes trabajamos en la investigación.

Estas inquietudes resuenan en un contexto de rápidos cambios sociales, políticos y culturales, y nos invitan a una reflexión colectiva acerca del valor de investigar en el siglo XXI desde y para América Latina.

AUTOR

Felipe Martínez Fernández

PhD, History of Sciences

University of Leeds

Source: https://labhcts.org/2023/08/26/una-escuela-doctoral-en-montevideo-por-felipe-martinez-fernandez/

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